Introducción
La raza Akita es una de las más antiguas y respetadas del mundo. Originaria de Japón, no solo destaca por su imponente figura y carácter leal, sino también por su profundo vínculo con la historia y la cultura japonesa. Desde tiempos remotos, el Akita Inu ha sido símbolo de valentía, dignidad y fidelidad, al punto de convertirse en un icono nacional en su país de origen.
En este artículo pilar conocerás todo lo que hace a la raza Akita un perro único: su origen milenario, las diferencias entre el Akita Inu japonés y el Akita Americano, su importancia como símbolo cultural, la historia inmortal de Hachikō, así como curiosidades sorprendentes y un top de razones por las que este perro es considerado el más leal del mundo.
Origen milenario de la raza Akita en Japón
La raza Akita se remonta a más de mil años de antigüedad. Nació en la región de Akita, en la isla de Honshu (Japón), de donde toma su nombre. En sus orígenes, era utilizado como perro de caza mayor, especializado en la persecución de osos, ciervos y jabalíes.
Con el tiempo, su fuerza, resistencia y valentía lo convirtieron en un perro asociado con los samuráis, quienes lo consideraban un guardián y protector digno de acompañar a la nobleza.
En el período Edo (siglo XVII), los Akita comenzaron a criarse como perros de compañía de la aristocracia japonesa. Se les otorgaba un estatus casi sagrado: eran considerados símbolo de salud, prosperidad y buena fortuna.
Incluso hoy, en Japón, regalar una estatuilla de un Akita es desear buena suerte y bienestar a quien la recibe.
Diferencias entre Akita Inu y Akita Americano
Aunque comparten raíces comunes, hoy existen dos líneas reconocidas de la raza:
Akita Inu (japonés)
- Origen: Japón.
- Apariencia: más ligero, elegante y estilizado.
- Colores: rojo, blanco, sésamo y atigrado.
- Carácter: reservado, noble, independiente, pero muy leal a su familia.
- Reconocimiento: declarado monumento natural de Japón en 1931.
Akita Americano
- Origen: Estados Unidos, a partir de ejemplares japoneses llevados tras la Segunda Guerra Mundial.
- Apariencia: más grande y robusto, con cabeza ancha.
- Colores: mayor variedad, incluyendo pinto y combinaciones más amplias.
- Carácter: protector, imponente y con un instinto de guardia más marcado.
Estas diferencias reflejan cómo una misma raza se adaptó a dos culturas distintas: la japonesa, enfocada en la pureza y simbolismo, y la americana, que buscó resaltar su poder y presencia física.
Hachikō: el perro que inmortalizó la lealtad de la raza Akita

Ninguna historia refleja mejor la esencia de la raza Akita que la de Hachikō, el perro que esperó a su dueño durante casi 10 años en la estación de Shibuya, Tokio.
Hachikō era un Akita Inu nacido en 1923 que acompañaba a su dueño, el profesor Hidesaburō Ueno, todos los días hasta la estación de tren. Tras la repentina muerte del profesor en 1925, Hachikō continuó esperándolo diariamente, sin faltar, durante casi una década, hasta su propia muerte en 1935.
La historia conmovió a todo Japón y convirtió a Hachikō en un símbolo mundial de lealtad y amor incondicional. Su estatua en la estación de Shibuya es hoy uno de los puntos turísticos más visitados de Tokio.
El Akita como símbolo cultural en Japón
La raza Akita tiene un valor cultural profundo en Japón. Algunos aspectos destacados son:
- Símbolo de protección: antiguamente se regalaban estatuas de Akitas a familias con recién nacidos, como símbolo de salud y larga vida.
- Reconocimiento oficial: en 1931, el gobierno japonés lo declaró monumento natural.
- Museos y asociaciones: en la prefectura de Akita existe el Museo del Perro Akita, dedicado exclusivamente a preservar la historia de la raza.
- Arte y literatura: el Akita aparece en grabados, poemas y obras tradicionales japonesas como emblema de nobleza y valentía.
Este lugar privilegiado en la cultura japonesa lo convierte en mucho más que un simple perro: es un símbolo nacional.
Carácter y temperamento de la raza Akita

El Akita Inu japonés es conocido por su personalidad compleja y fascinante. Algunos rasgos destacados son:
- Lealtad absoluta: establece un vínculo muy fuerte con su familia.
- Independencia: puede mostrarse reservado con extraños.
- Valentía: no duda en proteger lo que considera suyo.
- Tranquilidad: en el hogar es calmado y silencioso.
- Dignidad: se mueve con elegancia y transmite respeto.
A diferencia de otras razas, el Akita no es un perro excesivamente expresivo. Su forma de demostrar cariño es más sutil, pero profunda y constante.
Curiosidades sorprendentes de la raza Akita
- Samurái de cuatro patas: en la antigüedad era criado como perro de guerra y caza.
- Doble pelaje: posee un manto externo áspero y una capa interna densa que lo protege del frío intenso.
- Lengua simbólica: en Japón se le asocia con la diosa Amaterasu, símbolo de luz y pureza.
- Popularidad global: tras la historia de Hachikō, el Akita ganó fama mundial, especialmente en Estados Unidos y Europa.
- Ritual de respeto: en muchas familias japonesas, tener un Akita era señal de prestigio social.
- Personalidad silenciosa: no ladra sin motivo, lo que lo hace un perro especialmente valorado como guardián.
- Figura en el arte: aparece en pinturas, esculturas y hasta en amuletos de protección.
- Pelaje cambiante: los cachorros nacen con un tono más oscuro que se aclara al crecer.
Top 10 razones por las que la raza Akita es única
- Su lealtad incomparable, inmortalizada en Hachikō.
- Historia milenaria como perro de caza y guardián.
- Símbolo cultural en Japón, con reconocimiento oficial.
- Imponente apariencia que combina fuerza y elegancia.
- Personalidad noble y reservada.
- Capacidad de adaptación al frío y a entornos difíciles.
- Carácter protector, sin ser excesivamente agresivo.
- Presencia en el arte y la literatura japonesa.
- Popularidad mundial, manteniendo su misticismo oriental.
- Dignidad y porte, que lo hacen inconfundible.
Conclusión
La raza Akita no es solo un perro: es un legado cultural, un símbolo de lealtad y una joya de la historia canina. Desde su origen en las montañas de Japón hasta su lugar en los hogares modernos, el Akita Inu ha demostrado ser un compañero fiel, noble y lleno de dignidad.
Su fama mundial, alimentada por historias como la de Hachikō y por su papel en la cultura japonesa, lo convierten en una raza única, admirada y respetada en todos los continentes.
Hablar de la raza Akita es hablar de tradición, fidelidad y nobleza, valores que trascienden fronteras y que continúan inspirando a quienes tienen la fortuna de convivir con este perro extraordinario.